LA DEFENSA SOCIAL
tados civilizados. El comunismo, centralizado en una
dirección única y homogénea, dirige, desde Moscú,
una ofensiva coherente contra la civilización con.
temporánea, decidido a derribar, por todos los me.
dios y brutalmente, el orden establecido, sin distingo
de nacionalidades ni de fronteras, lo que obliga a
todos los pueblos cultos a asumir una actitud pre.
ventiva y represiva, solidaria o colectiva, y además,
en cada país, una actitud de defensa nacional in.
mediata, en que concurran la obra de los parlamen.
tos y de los gobiernos, de la prensa ilustrada, del
público en general y de cada ciudadano, que preste
mano fuerte a la autoridad y que, en todo orden de
cosas, sepa cumplir varonilmente sus deberes cívicos.
Dondequiera, para reprimir esta clase de movi
mientos, se han expedido leyes especiales, indepen-
dientes del Código Penal, que define y castiga los
delitos comunes, y establecido procedimientos tam.
bién especiales y extraordinarios, mediante los cuales
la policía correccional impone, rápidamente, las co.
rrespondientes sanciones.
El proyecto que ahora discutimos no se propone
otra cosa que armonizar, en los asuntos a que se
refiere, la libertad con el orden, sin lo cual aquélla
puede degenerar en libertinaje, en el desenfreno, en
la anarquía.
La cuestión política.
Al dar mi voto para que se discutiese y al apro-
barlo en la forma definitiva en que ha quedado, he
querido ser consecuente con toda mi vida política
y parlamentaria, con la profesión de fe que solem.